Black Mirror | Temporada 1 | Crítica sin Spoilers.
Black Mirror es una antología de Netflix que a través de varias historias nos presenta un futuro distópico y retorcido sobre cómo la tecnología puede llegar a ser un problema altamente dañino, tanto para la sociedad como para nuestro desarrollo personal.
Con tan solo 3 capítulos en su primera temporada, Black Mirror nos presenta de una forma bastante cruda varias situaciones en las que la tecnología es el principal antagonista. Afectando de forma psicológica las mentes y tergiversando distintas situaciones que simplemente nos hacen tenerle miedo a ésta.
Black Mirror es una serie de Netflix cuya primera temporada fue estrenada en el 2011. Como una de las series pioneras en la plataforma junto con House of Cards, Netflix nos muestra que sabe hacer las cosas bien y que no teme arriesgarse a contar historias que seguramente serían demasiado fuertes para la televisión tradicional. Black Mirror también nos demuestra la gran y muy clara diferencia de la televisión convencional y las plataformas de Streaming.
Empecemos a evaluarla.
- Dirección:
Black Mirror en su primera temporada es una antología de 3 capítulos, cada capítulo con una historia y un equipo totalmente diferente. En el primer capítulo tenemos a Otto Bathurst, un director Inglés con una trayectoria media en la televisión. En este capítulo, la dirección y la forma como esta primera historia es contada logra transmitirnos la suficiente repulsión, tensión, miedo y asco frente a la situación que se nos presenta. Haciendo de la experiencia algo más personal al ser algo bastante incómodo de ver. Cinematográficamente hablando, este primer capítulo en su fotografía refleja todo lo que supone nos debe impactar de la historia, usando una paleta de colores fría y tomas variadas que solo aumentan la tensión.
El segundo capítulo, dirigido por Euros Lyn, tiene una dirección un poco más estructurada, pues sin la necesidad de tantos diálogos logran presentarnos de una forma muy sutil la forma como la historia debería hacernos sentir. A diferencia del primer capítulo, este capítulo nos puede llegar a transmitir desesperación y enojo ante una situación que fácilmente puede verse reflejada en la actualidad. Aunque es el episodio más surrealista de los tres, es el que se siente más personal frente a lo que son las redes sociales y todo lo que significa tener un mundo conectado. Y la dirección hace un trabajo increíble en transmitirlo de una forma algo extraña pero concisa en lo que necesita decir y criticar.
Finalmente, el tercer capítulo, dirigido por Brian Welsh, desarrolla y dirige de una forma un poco más directa la historia. Dándonos planos y tomas un poco mejor compuestas, nos muestra una historia donde lo visual es su mayor fuerte, pues de eso trata el capítulo, usando recursos como locaciones reales en lugar de efectos especiales como en el capítulo anterior, esto es más acertado ya que nos logra conectar con el protagonista y sentir todo más real.
8,5/10
- Guión:
El guión en esta antología toma un papel bastante importante. Pues con argumentos muy interesantes, logran mostrarnos tres historias que no tienen nada que ver la una con la otra, y que igual todas sus ideas pueden desembocar en un mismo fin, el cual es el propósito principal de Black Mirror. Yo en estas historias pude sentir una sensación parecida a la que se tendría viendo películas como The Terminator (1984) o Alien (1979), y es ese miedo al futuro y de lo peligroso que puede ser y que ya es. Pues las historias de la primera temporada de Black Mirror solo son problemáticas sociales exageradas al 200%. Tales temas pueden ser la inseguridad en Internet, la forma como nuestra propia sociedad exprime a sus trabajadores o la forma como el nosotros tenemos siempre una tendencia a querer tener el control sobre todo.
Lo que le da más fuerza a Black Mirror son sus argumentos, y sus diálogos van bastante acorde a la situación haciéndola sentir orgánica y no forzada. Pues además el guión y cada una de sus historias abarcan el tiempo necesario en pantalla para plantearse a sí mismas, establecer las reglas y funcionar de una manera increíble.
9/10
- Actuación:
A través de los tres capítulos de esta primera temporada, vemos varios actores que hacen un muy buen trabajo representando lo que siente cada uno de sus personajes. Quiero destacar principalmente el trabajo del actor Daniel Kaluuya, protagonista del segundo capítulo, pues su participación no tiene tantas líneas como los otros, pero que a través de enteramente su lenguaje corporal es quien habla de maravilla para transmitir lo que su personaje siente con su entorno.
Sin embargo, acá no todo es perfecto. Pues aunque los protagonistas tienen sus momentos de brillar en sus respectivas historias, no se puede decir igual de los personajes secundarios, cuya calidad de actuación a veces no se siente al mismo nivel de sus compañeros de elenco principales.
Pero en general hay un buen trabajo acá.
8/10
- CGI:
Para empezar, cabe aclarar que CGI son las siglas en inglés para (Computer-Generated Imagery) o imágenes generadas por computadora. Es decir, los efectos especiales. El CGI en esta serie no es tan perfecto, tomando en cuenta que salió en el año 2011, siendo casi 7 años desde su estreno. Algo que no me encantó fue que se abusó mucho de este en el segundo capítulo, donde absolutamente todos los escenarios involucran en mayor o menor medida el uso de CGI. Lo cual no me encantó. Sin embargo, en el tercer capítulo, esto es corregido, optando por usar más locaciones reales y dejar el CGI para la tecnología.
6,5/10
- Cinematografía:
Black Mirror como ya lo hablamos es una antología, por lo que cada capítulo nos cuenta una historia diferente de la otra, un trasfondo diferente entre estos. Y esta diferencia entre capítulos se ve reflejada tanto en la dirección, como en la cinematografía que ésta usa. Recordemos que la cinematografía habla sobre la forma como podemos usar la imagen para transmitir algo dentro de un medio audiovisual. Por ejemplo, en el primer capítulo, desde el inicio se usa una paleta de colores pálida y oscura, lo que nos adelantaba como sería su historia. En el segundo capítulo, a pesar de que se supone estamos en un ambiente muy colorido, se predomina el color azul, que rápidamente lo relacionamos con tristeza y monotonía. Y así es el caso en el último capítulo, que tiende más a los colores cálidos, reflejados en la forma como el protagonista en medio de su ironía asimila las cosas.
Estoy totalmente satisfecho con la cinematografía de la primera temporada de Black Mirror.
9,5/10
- Opinión personal:
Aunque ya reconocí todo lo bueno de la serie, personalmente sentí bastante pesados varias formas como los temas son tratados, especialmente en el primer y segundo capítulo. Donde hay cosas que simplemente pudieron ser representadas de otra manera sin necesidad de llegar a los extremos donde la serie se siente muy fuerte. Esto puede ser una de las razones por las que Black Mirror no le guste a todas las personas, lo que reduce bastante su público. Eso, creo yo, por el primer capítulo, pues Netflix abrió la serie de una forma muy pasada que es más que probable que no le encante a gran parte de la audiencia en la cual me incluyo. Pues a mí tampoco me gustó la forma como se abrió.
Sin embargo, sí me gustó el resto del desarrollo de la serie, pues logra hacerme sentir algo, logra hacerme pensar y cumple con todas mis expectativas.
Recomendaría verla, pero solo a un público maduro, pues esta serie contiene temas y varios eventos que pueden parecer muy perturbadores e incómodos para la audiencia general. Pero si es gente sensible hacia algunos temas no recomiendo verla, pues no será una buena experiencia de entretenimiento sino una incómoda donde finalmente se optaría por no verla o no conviene verla.
8,5/10
- CALIFICACIÓN FINAL:
8,3/10
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